En octubre de 1997, Juan Albini y Gregorio Portela se propusieron construir la primera cancha de golf salteña, sin ningún otro acicate que introducir y fomentar la práctica de este fantástico deporte. Más allá de sus precarias condiciones, tan solo seis meses después la originaria cancha de 9 hoyos ya estuvo habilitaba.
Más adelante inesperados avatares complicaron el desarrollo del novel club, y hasta desafiaron su continuidad. Por suerte un puñado de nuevos conversos aceptó entonces el desafío de llevarlo adelante, concretando finalmente una sólida base de desarrollo y goce del deporte del golf para toda la comunidad salteña.
Pese a que técnicamente la cancha solo cuenta con 6 hoyos (un par 5, tres par 4 y dos par 3), su particular diseño dentro de un entorno arbolado y con múltiples bunkers y áreas de penalización plantea desafíos que darán satisfacción a golfistas tanto de alto como bajo hándicap. La cancha se encuentra tan solo a 5 minutos del centro de la ciudad de Salto.